Un agradecimiento profundo a mis entrañables amigas Erika y Nieves, amigas con quienes compartí muchas anecdotas cuando aún, éramos estudiantes de bellas artes en Arequipa, al parecer ya se nacionalizarón peruanas porque vienen radicando en Lima ya mas de 8 años. Pero me comentán que no pueden con su genio y de vez en cuando se dan su escapada a la ciudad blanca para poder cargarse de energia volcánica, para luego dar gusto a sus paladares con un exquisito rocoto relleno, un cuycito chactao y unos refrescantes vasos de chicha de jora y de paso visitar a sus coterraneos. Gracias por su hospitalidad.
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